(Cultura de masas)


Cuando cumplió treinta años, no lo tomó en cuenta, como la mayoría de personas. Él, la paso en casa, en su habitación, imaginando que sabia todas las respuestas… ilusiones vagas que solo le generan más preguntas. Como va a saber qué hacer con su vida, si casi siempre a pensado en que carajos hacer en la vida… solo las preguntas lo han llenado, no sabe como escapar de ellas, el miedo acompaña sus dudas. El tipo estaba destrozado infatigablemente, sin pensar, él mismo hizo de su vida un infierno, por el simple hecho de tener la necesidad innecesaria de crear algo importante para ser trascendente, la única obsesión que siempre lo persiguió, trascender en la vida, no ser uno más del cúmulo; que nace, crece, estudia, trabaja y muere en el mismo lugar, él quería ser recordado y dejar algo póstumo que pueda ayudar o quizas, intentar comprender el viaje de la vida, incluyendo al humano. Suena idílico o cursi pero el tipo sentía que era especial y parte del montón de la ordinaria vida feliz del “tercer mundo”. Creía ser como un errático ignorado por la masa boba, creía ser la verdad copulando con la mentira, el sueño de una jodida rata de laboratorio, que al despertar halló la fórmula para poder de vivir sin ataduras. Mientras tanto en el mundo occidental, las personas van al cine, fuman porros de hachís “adulterado”, comen pollo en Mc Donnal´s, tikan sus abonos del metro, desayunan café, toman antidepresivos, se conectan al msn, bailan en discotecas, sufren por otros que nunca se enteran de nada, esnifan rallas en baños públicos, esperan a sus seres amados, lloran, ríen, se tiran pedos, eructan, hablan estupideces, dejan pasar discretamente la vida, olvidan sus llaves, callan secretos… Son demasiadas las actividades de un hombre occidental.


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